El piloto automático es una herramienta que sirve para automatizar ciertos tramos del vuelo. Es un sistema que permite guiar el avión (o el barco), limitándose el piloto a supervisarlo.
En nuestras vidas también se aplica el piloto automático: ir a diario a trabajar, los hábitos de higiene personal, entre otros actos cotidianos que bien pudieran ser catalogados como hábitos. Si eres de los que todas las noches ves tu serie de TV favorita, tienes el hábito de ver todas las noches tu serie de TV favorita; si constantemente estás haciendo cursos, tienes el hábito de estudiar y seguirte preparando; si a diario comes golosinas, se pudiera decir que tienes un mal hábito alimenticio; si constantemente compras cosas innecesarias, tienes el hábito de malgastar la plata.
¿Qué es un mal hábito? Aquella conducta repetitiva que, a corto, mediano o largo plazo puede generarte algún daño. ¿Tienes el hábito de malgastar tu dinero?, ¿De no hacer un presupuesto?, ¿De no establecer prioridades en cuanto a la administración de tus ingresos?, pues permítenos informarte que tienes un mal hábito financiero, que indudablemente te conducirá a la pobreza (financieramente hablando).
¿Cómo reemplazo un mal hábito? Esto es lo primero que debemos aprender: muy difícilmente un mal hábito se puede eliminar, sino reemplazarse; así como cuando el fumador que intenta dejar su vicio, pasa el día masticando chicles o comiendo algún chip que le agrade.
Para reemplazar un mal hábito debes apagar el piloto automático. Identificar ese mal hábito y comprometerte con su reemplazo. Si eres de los que gasta compulsivamente y lo ves como parte de tu vida, practica lo siguiente: antes de hacer una compra, analiza si verdaderamente tienes necesidad de usar el bien que vas a comprar, analiza además tu situación financiera; y una vez que te des cuenta de que no necesitas hacer esa compra, aléjate del sitio, para evitar la tentación.
También es importante visualizar tu realidad ideal y compararla con tu realidad actual. Si quieres bajar de peso, párate frente al espejo, obsérvate, y ahora imagina cómo te verías una vez que logres el objetivo. Ello te debería dar motivación para dejar esos odiosos malos hábitos atrás.
En otro ejemplo, quizás te visualices en tu casa con ese televisor innecesariamente gigante que quieres comprar, con imágenes muy nítidas y un sonido envolvente, pero visualízate también como a consecuencia de tu mal hábito financiero, seguirás siendo un empleado por muchos años más, sin alcanzar tu libertad financiera producto de tus deudas, del malgasto del dinero; con un televisor grande pero sin la posibilidad de liberarse y disfrutar de su tiempo, de su vida.
Una vez adquirido el nuevo hábito, de allí en adelante todo será una reacción en cadena, de la mano con el compromiso y la disciplina. Si ya te habituaste a dejar de malgastar el dinero, pronto te surgirán nuevas ideas para ahorrar e incluso invertir. Si ya te acostumbraste a dejar de comer golosinas, pronto lo acompañarás con otros hábitos alimenticios saludables, y así con todos los aspectos cotidianos de la vida. Todo irá mejorando y te sentirás bien contigo mismo.
RECUERDA: UN BUEN HÁBITO ES EXPRESIÓN DE AMOR HACIA TI MISMO